7/2/07

07/02/07 (03:28 – 03:50) - EL ORIGEN DE LA INSPIRACION

Si, son las 03:28. Bastante tarde piensen muchos. Pero cuando procedía a irme a dormir me entro ese gusanillo de seguir leyendo una gran obra literaria. Si, continué leyendo Cartas para Claudia, de mi “buen amigo” Jorge Bucay. Y leyendo, leyendo, de pronto me entro otro gusanillo, esta vez el de escribir Debo tener las tripas bastante destrozadas de tantos gusanillos.

Algo he leído que me ha motivado a comenzar a escribir otro capitulo mas de mis reflexiones. No, yo no escribo cartas a nadie imaginario. O quizás si, quizás me escriba a mi mismo para poder ser yo mismo. O quizá escriba para muchas personas, para mi desconocidas, que quizá lean esto ahora mismo (por quien lo este leyendo).

Casi la primera hipótesis para mi es la mas acertada. Aunque muchas veces he dicho que escribo para los demás, acabo de descubrir que escribo para mí y por mi. Escribo porque aquí, creando mis historias imaginarias (y también transmitiendo las reales) puedo ser yo mismo sin temores. Puedo expresar lo que quiero, lo que busco, lo que pienso. En definitiva: lo que siento. Aquí nadie me interrumpe. Nadie pone en duda lo que expreso. Nadie desconfía de mi palabra. Nadie malinterpreta lo que expreso. Yo, y solo yo, existo para mi en este mundo de reflexiones.

Muchos podrían decir que soy egoísta y egocéntrico. Y si lo soy porque hago lo que yo quiero para mi propio beneficio. Y yo me siento el centro de mi mundo (esto se lo debo de agradecer a Bucay). Y me siento orgulloso de ello. Porque si a mi me da mucho placer ayudar (y me enriquece) y quiero hacerlo, egoístamente lo hago. Y como yo quiero dominar mi vida para ellos me debo sentir el centro de mi mundo. No del tuyo ni del mundo del otro, sino solo del mío. Quiero elegir sobre lo que me rodea y sobre lo que me ocurre, ya que no me gusta la idea de no ser yo quien domine mi vida (esto se lo debo a Matrix).

Palabra tras palabra me sorprendo de la gran cantidad de cosas que estoy siendo capaz de expresar. Jamás pude decir de una forma tan simple todo lo que acabo de escribir. Por mucho que lo intente, nunca llegue a este nivel de simplicidad.

Puede que leer ciertos libros de Jorge Bucay me hayan ayudado mucho. Me han hecho aprender gran cantidad de cosas. Y por ello, por si alguna vez tienes la oportunidad de leer esto, te doy las gracias. Te diría gracias durante el tiempo que tardase en contar hasta infinito. Aunque como tu bien me has enseñado, debo también dar gracias a las personas que te dieron algo a ti, pues por ellos tu has podido crear muchas de tus magnificas obras.

Con esto ya acabo por hoy, puesto que ahora si, el mantener los ojos bien abiertos han llamado a mi sueño. Espero continuar pronto y que la inspiración nunca se agote. Hasta pronto yo mismo.

(Anexo al texto anterior, escrito minutos después de acabarlo. La persona a la que va dirigido es a quien escribí el texto del 05/02/07)

Me imagino junto a ti.
Abrazándote, abrazándome.
Sintiéndote, sintiéndome.
Noto el tacto de tu piel que me pone los pelos de punta.
Me imagino besándote, sintiendo tus labios tiernos.
Te beso con ternura y amor y tu me correspondes.
Paramos de besarnos.
Me fijo en tu mirada y me deslumbras al primer instante.
Me pongo gafas de sol, pero me impiden ver la belleza de tus ojos, así que decido quitármelas.
El fogonazo de luz ceso y comienzo a ver tus ojos con claridad.
Amplio el plano y observo todo tu rostro.
Tu nariz, tu boca, tus orejas, tu cabello.
Comienzo a acariciar esos rizos suavemente y me llevan al paraíso.
De nuevo me imagino junto a ti.
Abrazándote, abrazándome.
Sintiéndote, sintiéndome.
Amándote, amándome, amándonos.
Y esta situación solo puede ser imaginaria junto a ti...

No hay comentarios:

Publicar un comentario