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01/03/07 (03:44 – 04:12) - INTENTANDO SALIR DE LA ESPIRAL SIN FIN

Creo que no tengo nada que escribir. Pero he decidido hacerlo. No se si existe algo en mi interior que necesite ser reflejado en mis reflexiones. Pienso quizás demasiado las cosas. Constantemente le doy vueltas a las cosas preguntándome ¿Qué hubiera pasado si no hubiera hecho esto, o hubiera hecho lo otro? ¿Qué pasaría si hiciese esto o lo otro? Constantemente estoy pensando como decir las cosas al resto de las personas para conseguir mis objetivos, en vez de dejar fluir las palabras de mi boca de una forma improvisada igual que hago aquí, en mis reflexiones. Puede que en ocasiones sea tan lógico, racional y sensato en mi forma de actuar que al final termine siendo un poco obsesivo con todas las cosas. Le doy vueltas hasta porqué escribo, o si escribir o no. Y no me doy cuenta que si escribo es porque lo necesito, porque me gusta expresarme en una humilde hoja de papel.

También soy obsesivo porque no dejo de pensar sobre el mismo tema: el AMOR que siento hacia una persona. Casi no puedo proponerme ver una película algo romántica, o cualquier cosa en la televisión con tintes de AMOR porque constantemente pienso en TI, en “nosotros”. En el “nosotros” que me gustaría que existiese. Porque cada vez que veo un síntoma de AMOR en lo que me rodea me entra la envidia. Tras la envidia pienso en TI. Tras pensar en TI, pienso en que me apetece que exista un “NOSOTROS”. Tras pensar en ese “NOSOTROS” pienso en que hice mal para no haberlo conseguido ya, o en que no hice. Tras pensar en las cosas del pasado pienso en que debo o no debo hacer para conseguir lo que quiero, ese “NOSOTROS”. Y tras pensar en ese “NOSOTROS” de nuevo pienso en TI, en como te sientes ahora, para intentar mantener la esperanza. Y tras pensar en esa esperanza pienso en si VALE LA PENA esperar y luchar por ella, aunque sea pequeña. Y tras pensar en esto me cuestiono otras tantas cosas que si las enumerase creo que nunca acabaría. No acabaría porque es un gran círculo vicioso, una espiral sin fin de cuestiones obsesivas, una tras otra. Y, ¡joder! (con perdón de la palabra), no VALE LA PENA tirarse toda una vida obsesionándose con preguntas sin respuestas.

Hay que intentar formular las preguntas correctas a todas nuestras dudas y nuestros miedos para poder darle las respuestas acertadas a cada momento. Porque muchos de los trastorno obsesivos compulsivos son producidos por miedos interiores y propios. Y ante la imposibilidad inmediata de eliminarlos se buscan alternativas radicales para solucionar las erróneas preguntas. Y así constantemente entras en una espiral tras otra y ya no eres capaz de salir de ella ni de retroceder. Hay que intentar DARSE CUENTA de cuando estamos entrando en terreno pantanoso. Debemos no hundirnos y agarrarnos del palo más cercano que tengamos en ese momento para así poder salir aunque solo tengamos los pies introducidos.

Con toda esta larga “contradicción” e ideas, enumeradas una detrás de otra sin descanso puede que no nos percatemos de su verdadera ayuda. Pero es que debemos tener los ojos, los odios, la nariz, la boca y las manos bien abiertas para sentir todo lo que nos rodea, percibirlo en su máxima plenitud, para así poder aprender de todos los lugares, todos los momentos, todas las palabras, todos los olores, todos los sabores y todos los tactos. Y digo todo esto con fundamento porque esta noche estuve viendo la película Mi gran boda griega (que ya la haba visto en otra ocasión) y en ella hay una de las citas que mas me han gustado nunca: “nunca dejes que el pasado te dicte como eres, pero deja que forme parte de cómo vas a ser”. Y como no se quien la dijo o escribió, y yo soy quien ahora la cita la hago mía. NUNCA DEJARE QUE EL PASADO ME DICTE COMO SOY, PERO PERMITIRE QUE FORME PARTE DE CÓMO VOY A SER.