31/8/08

31/08/08 (22:38 – 23:10) - UN PUÑADO DE DUDAS Y PORQUES

Solo en casa. Sin ganas de hacer nada. Aburrido. Teniendo que estudiar. Época de exámenes. Cosas sobre las que pensar y reflexionar. Necesidad de hablar y soltar. Demasiados factores que combinan de muy mala manera en estos momentos. Creo que me ha pillado una situación inesperada en el peor momento para que apareciese. El despertar de los sentimientos parece que está siendo acompañado por unas bajas y oscuras nubes que tapan la gran luz que estos pueden llegar a dar. Mi alma dice basta a pesar del cansancio. Ni siquiera salen lágrimas a pesar que mi corazón está llorando.

El corazón ha explosionado y ahora además me han atado de pies y manos y me han tapado la boca. Todo lo que intente hacer o decir puede ser demasiado perjudicial para mi persona, para lo que quiero, para lo que busco. Entiendo lo que me dicen, entiendo lo que me están haciendo, pero no comprendo porque se produce. No comprendo porque siendo yo, actuando como pienso hago algún mal.

Tengo la gran necesidad de hablar para arreglar ciertas cosas que hice o dije. Siento que si no hablo no puedo explicarme porque dije o hice eso. Y si no me explico siento que no voy a conseguir lo que busco. También tengo la necesidad de oír el porqué de algunas cosas que hicieron o dijeron otras personas. Porque también siento que si no recibo esas explicaciones no voy a llegar a comprender la situación para valorar hacia qué camino tirar.

Por esto, yo, ante la situación vivida, quiero hablar y explicarme. Y quiero que me den explicaciones, si no es mucha molestia por supuesto. Porque de esa manera podre decidir qué camino tomar de una manera más sencilla y segura. Y de esa manera podremos, ambas partes, hacer el camino de una manera más agradable y placentera. HACER EL CAMINO DISFRUTANDOLO, como a mí siempre me ha gustado hacerlo.

Por otra parte se que no tengo ningún derecho a obligar y presionar a la otra persona a que me de esas explicaciones que yo tanto ansío. Porque la otra persona es la que tiene que decidir si quiere hacerlo teniendo en cuenta que quiere ella conseguir con esa actuación. Y yo, por mucho que sienta lo que siento, no puedo condicionarla. Ni tampoco quiero. No me gusta la idea de condicionar a nadie por lo que yo pueda sentir. Yo no quiero hacer sentir nada a nadie. La otra persona tiene que sentir lo que ella sienta sin temores. Y tiene que expresarlo cuando ella decida.

También me corroen por dentro, me rebotan y me siembran de dudas la cantidad de diversos consejos que he recibido. Por una parte que actué y hable. Por otra que aclare las cosas. Por otra que luche por lo que quiero. Por otra que deje las cosas como están. Por otra que actué con normalidad. Por otra… Y así un sin parar que han hecho que me vuelva aun más loco de atar. Y al final, tantos consejos diferentes y contrarios los unos de los otros han hecho todo lo contrario de lo que deberían porque no me he aclarado y encima he terminado liándome aun más. Quizá yo también he cometido el error de querer pedir consejo a muchas personas. Y que estas personas vieran o hayan visto la situación desde diferentes puntos de vista. Y quizá también me he equivocado pidiendo consejo a persona que quizá no me conocen del todo. No sé. Tantos consejos me han generado dudas, pero también tengo dudas sobre si son buenos los consejos. Demasiadas dudas, unas detrás de otras. Dudas que al final creo que no me llevan a ninguna parte. DUDAS QUE SOLO SE DISIPARAN CUANDO YO, POR MI MISMO, CONSIGA ACLARARME, DECIDA QUE HACER, ACTUE Y ACEPTE LAS CONSECUENCIAS.